Existen personas a las que les desagrada pedir ayuda a los demás. En el día a día y en las sesiones de coaching (online u offline) para superar la timidez y mejorar la autoestima que realizo me doy cuenta que a muchas personas les cuesta dar el paso de pedir ayuda o no se atreven. ¿Timidez u orgullo? Aquí mostraremos que parte de esa limitación procede de cada una de ellas.
Detrás de todo esto, se esconde que las personas quieren ser independientes, o no quieren compartir con los demás su situación bien sea por miedo, desconfianza, se sienten inferiores a los demás o que les están molestando al contarles sus problemas… También hay miedo a recibir un no por respuesta, lo que puedan pensar los demás de nuestra situación… Estos suelen ser rasgos de personas tímidas.
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¿Si pides ayuda estás molestando a los demás?
Esto es falso, porque a la mayoría de personas les encanta ayudar. Reflexiona como te has sentido alguna vez que has aportado a los demás en algo que necesitaban. Posiblemente hayan sido sensaciones de bienestar, satisfacción, alegría, buena autoestima…
Sobre si solicitar ayuda es un signo de debilidad
La verdad que otra cosa a tener en cuenta son las personas que consideran que solicitar ayuda está relacionado con ser débiles. Esta creencia es totalmente falsa ya que existen personas sanas mentalmente y fuertes que no tienen ningún inconveniente en delegar tareas o pedir ayuda. A su vez, reconocen que no pueden hacerlo todo por sí mismos y para realizar determinadas labores o solucionar algunas situaciones acuden a personas de las que se pueden nutrir, aprender y enriquecerse. Esto es algo bueno que aporta crecimiento y desarrollo personal. Estas personas se sienten iguales a los demás; y desde esa perspectiva no tienen ningún inconveniente para pedir ayuda.
“Para muchas personas lo que no les permite pedir ayuda es su ego y orgullo. Ellos piensan que pedir ayuda a los demás los dejan en una posición de inferioridad”.
En toda persona que le cuesta pedir ayuda a los demás puede haber una mezcla de las dos cosas, timidez y orgullo. Por una parte, esa sensación de pasar desapercibo, pensar que molesta a los demás (relacionado con baja autoestima) o pensar que las cosas de las otras personas son más importantes que las tuyas. Por la otra, el pedir ayuda les puede hacer creer que no son lo suficientemente válidos (también puede estar relacionado con una baja autoestima y con ser demasiado autoexigentes y perfeccionistas).
Detrás del orgullo puede haber timidez y pueden ir cogidos de la mano como dos amigos que se protegen y enmascaran el uno al otro.
Toma la iniciativa de pedir ayuda y escucha cómo te sientes al hacerlo
Te propongo no esperar a que te brinden su ayuda, sino solicitarla de forma asertiva cuando sea necesario. Se una persona valiente y muéstrate tal y como eres ante los demás, incluso con tus cosas a mejorar. Esto te ayudará a ser capaz de pedir ayuda a los demás.
Piensa que todos somos seres que necesitamos a otras personas para experimentar comprensión, empatía, alegría, enriquecernos con otros puntos de vista…Por otra parte, debemos reconocer que no nacemos con todo aprendido. Es natural no saber todas las cosas y cometer errores. Así que, deja tu orgullo y cobardía a un lado y solicita ayuda cuando lo necesites.
El reconocer todos nuestros limites nos hace abrirnos hacia los demás. Y esto, nos permite profundizar en las relaciones que tenemos y crecer como personas. Estas relaciones interpersonales nos pueden aportar nuevas amistades, relaciones de pareja, oportunidades laborales y colaboraciones.
“Hoy en día las relaciones interpersonales y conocer gente es fundamental, ya sea para encontrar un nuevo puesto de trabajo, encontrar una relación de pareja o tener un variado ocio”.
¿Es esa timidez la que te impide solicitar la ayuda?, ¿o es el orgullo? Seamos humildes, reconozcamos que nos necesitamos los unos a los otros y enriquezcámonos con otras opiniones para avanzar en el día a día. Seamos conscientes y reflexionemos sobre que es mucho más lo que ignoramos que lo que conocemos. Esta humildad nos permitirá estar abiertos a aprender de nuestras experiencias en el día a día.
“Si quieres ir rápido camina solo. Si quieres llegar lejos ve acompañado” Proverbio africano.
Tanto para crecer personalmente como profesionalmente (emprender un nuevo proyecto) es importante construir una base ancha, donde incluyas a las personas para colaborar los unos con los otros. Si crees que necesitas ayuda y no puedes resolverlo solo, puede que necesites conocer cuando contratar un coach personal.
Lo que nos perdemos al no pedir ayuda a los demás
La vida es mucho más fácil al recibir ayuda de los demás. Si no lo haces puedes perderte un buen consejo, sentirte escuchado, un abrazo, unas palabras de ánimo, una perspectiva más amplia que te permita enfocar el problema como una oportunidad de crecimiento y desarrollo personal…
Te propongo que hagas un listado de todo lo que te pierdes por no solicitar ayuda a otras personas.
Al pedir y dar ayuda nos acercamos y nos unimos a las personas que nos rodean
Esto nos permite profundizar en las relaciones con los demás.
¿Cómo pedir ayuda a los demás?
Te daré cuatro consejos muy sencillos y prácticos.
Lo primero, sé específico con aquello que deseas. No hace falta dar ningún rodeo. No pretendas que la otra persona adivine lo que necesitas. Si no lo verbalizas no tiene porqué saberlo.
Segundo, muéstrate seguro y con confianza, piensa que lo mereces al igual que cuando los otros te solicitan ayuda.
Tercero, ten confianza en la otra persona y déjate ayudar. Relájate y permite que todo fluya.
Por último, acepta su respuesta. No puedes obligar a nadie a que te brinde su ayuda. Puede que te diga que no o que te diga que tiene que esperar para más adelante. No te lo tomes de forma personal, tiene derecho a hacerlo. No dejes de pedir ayuda por miedo a recibir una negativa como respuesta ya que el no es tu situación de partida y no tienes nada que perder y mucho que ganar.
¿Necesitas más herramientas para conseguir superar la timidez y adquirir nuevas habilidades sociales? Puedes encontrar material de calidad en mi blog, talleres o coaching individualizado. No esperes más, y camina hacia vencer la timidez.
¿Estas más dispuesto a dar ayuda o a pedirla?
Las relaciones deben de ser equilibradas y que sean bidireccionales, es decir, en las dos direcciones, porque si estamos dispuestos a ayudar también que lo estemos a solicitarla cuando la necesitemos.
En muchas ocasiones suele pasar que nos resulta más fácil dar ayuda que pedirla. Reflexionemos sobre ello y démonos el permiso de dejarnos ayudar por los demás.
Para finalizar este artículo, puedes pensar sobre aquellas cosas en que no te atreviste a pedir ayuda. ¿Fue timidez u orgullo? ¿Cuál fue esa creencia limitadora? Estaré encantado de conocerlas y que las compartas conmigo.