En estos momentos que estamos viviendo (COVID-19) es importante contar con herramientas y estrategias para gestionar y superar situaciones adversas. Hoy comentaremos sobre la resiliencia. Cómo superar una situación adversa familias y adolescentes.
Tabla de contenidos
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad para superar periodos de dolor emocional, situaciones adversas, sobreponerse a los contratiempos y salir fortalecidos de ellos.
En la adolescencia y juventud viví y superé una crisis vital
En mi adolescencia y juventud viví y superé una crisis vital (duró 8 años), fundamentalmente debida a problemas de timidez. Comparto mi historia personal en mi tercer libro “Los 6 peldaños. El camino para superar la timidez”. Esta experiencia me permitió desarrollar la resiliencia.
Comprender que las adversidades forman parte de la vida
Aceptemos y entendamos que a lo largo de nuestra vida vamos a vivir situaciones adversas. Algunos ejemplos de acontecimientos que nos pueden pasar a nosotros y a nuestros seres queridos: enfermedades, lesiones, objetivos no logrados, pérdidas de trabajo, problemas económicos, rupturas de pareja, traiciones de amigos, pérdida de un familiar o un ser querido…
La importancia de tener una buena relación con uno mismo
No se trata de pretender no vivir adversidades, sino de tener una buena autoestima, ser positivos, gestionar nuestras emociones de forma adecuada, aceptar lo que ocurre y estar lo más tranquilos posible. De esta forma contaremos con recursos y herramientas para superar estas situaciones adversas cuando nos sucedan.
La resiliencia y tener una buena relación con los demás
Contar con el apoyo de familiares y amigos aumenta el nivel de resiliencia personal en los momentos adversos. Uno se siente más fuerte en esta situación cuando cuenta con ese apoyo. En estos momentos es importante que estemos unidos y nos ayudemos los unos a los otros.
Rehuir vivir experiencias dolorosas y adversas nos puede apartar de nuestro camino
Si tomamos decisiones dejándonos llevar por lo más cómodo podemos apartarnos de seguir nuestro camino y de aquello que nos pertenece hacer. Rehuir los momentos dolorosos puede hacer que no contemos con recursos para superar las experiencias adversas que nos sucedan en un futuro. ¿Cómo vamos a adquirir la capacidad para gestionar las situaciones adversas, si rehuimos las dificultades que se nos presentan en nuestro día a día?
A veces, puede parecer que lo más fácil es rehuir estas experiencias, pero hacerlo tiene sus consecuencias. Reflexionemos que cuando no se hace lo que corresponde, en ocasiones, se puede emplear el tiempo en llevar a cabo comportamientos que no son los más adecuados.
El dolor y el sufrimiento en las dosis adecuadas fortalecen el espíritu
El sufrimiento y la adversidad, en ocasiones, son necesarios para plantearnos actuar de forma diferente, crecer como persona y valorar y disfrutar más de los momentos de alegría y felicidad que la vida nos ofrece.
A veces, intentamos evitar el dolor y el sufrimiento, como si fuera algo malo. Es importante que comprendamos que en las dosis adecuadas fortalecen el espíritu y nos ayudan a adquirir una mayor fortaleza, madurez y amplitud. Las experiencias adversas nos dan la oportunidad de crecer, aprender y desarrollarnos.
Preguntémonos: ¿Qué me corresponde hacer? Quizás la respuesta a esta pregunta sea: tener una conversación que estamos aplazando con nuestra pareja; retirar la tablet a nuestro hijo, estudiar… Llevémoslo a cabo aunque nos cueste realizarlo. Afrontar las situaciones menos agradables nos ayudará a estar más preparados para gestionar y superar los momentos adversos. En ocasiones, reflexionar y dar un paso hacia atrás, es la mejor manera de obtener nuestros objetivos.
Las cuatro claves que me permitieron superar la crisis vital que viví en mi adolescencia y juventud
a) La aceptación
La aceptación en todos los aspectos, incluso aceptar que te sientes perdido.
Disponemos básicamente de tiempo y energía y es importante que lo empleemos en aquello sobre lo que podemos influir.
Pregúntate: ¿Esto depende de mí? Si la respuesta es no, déjalo estar.
b) Tomarse solamente un día a la vez
Centrarse en cuidarse desapegándose del resultado (ya que estar demasiado pendiente del mismo te puede estresar); y al comenzar cada día preguntarse: ¿Qué puedo hacer para pasar hoy el mejor día posible?
c) La constancia
Seamos conscientes de que para conseguir nuestros propósitos tenemos que pasar a la acción, aunque quizás durante un tiempo no obtengamos resultados visibles. Como menciono en mi artículo sobre organizarse el tiempo para conseguir nuestros objetivos, hay que diseñar acciones concretas para nuestros objetivos, y posteriormente, evaluarlas.
A veces hay un retardo, en ocasiones largo, desde que siembras las semillas hasta que obtienes los frutos.
Mantenerse en la acción en aquellos momentos que tienes ganas de tirar la toalla y abandonar, marca la diferencia para alcanzar nuestras metas y propósitos.
d) Disponer de una mano tendida
Disponer de una mano tendida, en mi caso fue mi padre instruido en temas de crecimiento personal, fue clave para superar la crisis vital que viví en la adolescencia y juventud.
Es fundamental contar con el apoyo y la ayuda de un familiar, un amigo o un profesional (por ejemplo un coach) que te transmita el mensaje: “¡Se puede superar!”
Es posible dar pasos a tu ritmo y a tu medida en el día a día para gestionar y superar una situación adversa.
Conclusión de la resiliencia. Cómo afrontar una situación adversa familias y adolescentes.
Vivir estos momentos adversos con nuestra familia es una oportunidad para fortalecer el vínculo de la relación que hay entre nosotros. Una vez superemos esta situación, seguramente recordemos aquellos momentos compartidos con nuestra familia.
Esta situación no la hemos elegido, pero pensemos que las situaciones adversas nos aportan una oportunidad de crecer y desarrollarnos. Afrontémosla con una actitud positiva.
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Coach Marcos Núñez Pangua